Éste próximo día 3 de noviembre se cumplirán 79 años del fallecimiento de don Manuel Azaña, último presidente de la II República Española que durante la guerra civil reclamaba con toda humildad en sus discursos
PAZ, PIEDAD Y PERDÓN, como reza igualmente en su lápida en el pequeño cementerio francés de Montauban. Le veremos algún día enterrado en tierras españolas junto a su familia? La calidad de nuestra democracia llegaría hasta ello?
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